miércoles, noviembre 20, 2019

18 de octubre de 2019.

Las capacidades de las comunicaciones digitales habían quedado de manifiesto. El poder de traspaso de información, por las plataformas electrónicas, estaba en su cima y el comando central no había visto el flujo y características de la información que fluía hacia todas las terminales (teléfonos, computadoras y tablets)
Obviamente, el control sabía que debía mantener la imposición de la intervención sobre la población; sin embargo, sus movimientos lentos y anquilosados solo le daban capacidad para mantener viva las acciones del tiempo pasado y aplicar las prácticas probadas y efectivas.
Ante el avance de las indignaciones, las fuerzas de control y supresión solo se mantuvieron al margen y no llegaron a contener, en sus inicios, la situación. Llegando al día señalado el desborde social, que ya se había vuelto incontrolable, solo quedaba aplicar la represión para la contención y anulación de los focos de furia, arrebato y violencia.
La gran mayoría ya tenía en la conciencia que los habían embaucado, con una idea de escases constante y perenne. Que las cosas y los estados debían ser alcanzados con una alta cuota de sacrifico y los logros a alcanzar se debían cuantificar en acceso a la alimentación, movilización y educación para seguir en la carrera de la superación. Sin embargo, mucho de ello no era tal, dado que la abducción de las ganancias se había convenido con antelación.
Claro estaba la gran cantidad de capital que se fugaba por convención. El país, en su conjunto de funcionamiento, se volcaba a la ganancia de los controladores pero no de los aportantes. Dineros para la jubilación, pagos de consumos básicos, cobros por transitar en vehículo y también a pie, etc. La lista es larga. Pero lo más complejo era la tabla de sueldos, versus las ganancias y fraudes al sistema de comercio; sin lugar a dudas, con tal nomenclatura aquello ya no tenía como seguir viviendo.
Todo lo anteriormente señalado, en los dos párrafos precedentes y transmitidos con alta intensidad por las redes digitales, fomentó que la situación haya pasado hacia el otro lado de las circunstancias. Como versa un cartel muy llamativo, dado que es tiza y pizarra:
“Estamos peor pero estamos mejor, porque antes estábamos bien pero era mentira. No como ahora que estamos mal pero es verdad”
fijate.cl

 
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