Bajando

Esperanzas hay que en un futuro el garante pueda entregar, los mecanismos para que la ciudadanía pueda forjar, un futuro grande y sin igual. Sin combatir y sin luchar esa es la ver/dad, cuando todos en una nación se toleran por igual, tendremos posibilidades de obtener la tan ansiada libertad.

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Ahhhh, bien público, yaaa, ahora me acuerdo, bien público...OK...o sea como el aire que todos respiramos, como el sol que nos entibia a todos, las estrellas titilantes que nos iluminan también, todos esos son bienes públicos, de acuerdo don Feña.

Tuve un profe de filosofía en la escuela de ingeniería en la U que además era medio marxistoso, para él todo tenía que ser un "bien público", no solo el aire y el sol, no solo el alumbrado público, también todos los productos y servicios, incluyendo por cierto desde las paltas hasta la educación. Según el, en la URSS y en Cuba se había alcanzado ese Nirvana, la gallada trabajaba toda para el estado, y el estado les retribuía a todos con una magnífica canasta de "bienes públicos".

Peligroso concepto aquel el de "bien público", en manos de políticos con tendencias totalitarias pues nos lleva a eso, al totalitarismo, según wikipedia "Se conoce como totalitarismos a las ideologías y regímenes políticos basados en principios totalitarios".

Insisto, me quedo con la Declaración Universal de Derechos Humanos, que consagra la libertad de enseñanza, la cual también está consagrada en nuestra Constitución y la LOCE que obiga al Estado a respetar y hacer respetar la libertad de enseñanza.

Y para estos efectos la fórmula práctica es que el todopoderoso Estado reparta subsidios a la demanda a las familias que no tengan suficientes ingresos, para que puedan utilizar dicho subsidio para matricular a sus hijos en establecimientos educacionales de su elección, sin importar si dichos establecimientos son estatales o privados, comerciales o filantrópicos, religiosos o laicos.

Posteado por:
Patricio Grez de Heeckeren (Agosto 23, 2006 01:53 PM)